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   18 de Mayo de 2012 |10:30
   Sociedad – Por Alejandro Frías
Violencia escolar: 
cuando el teatro da una mano y crea espacios de debate
Escena de "El club de las mujeres muertas".


El elenco El Emú ofrece a las escuelas dos obras para tratar problemáticas concretas: "El club de las mujeres muertas", que retrata algunos de los contextos de violencia por los que atraviesan las mujeres, y "Crecer en tiempos violentos", que muestra problemáticas adolescentes.  A finales de 2009, Federico Coniglione y Florencia Marsala crearon el elenco El Emú con una propuesta bien clara: generar espacios de debate a partir de diversas temáticas y poner a disposición de los jóvenes herramientas para el cambio y la transformación de realidades tanto individuales como grupales. 
                             
           Federico Coniglione y Florencia Marsala, en MDZ Online.


Así lo manifiestan en una suerte de declaración de principios, en la que agregan que “el teatro social nos lleva a visibilizar los problemas que se encuentran naturalizados por gran parte de la sociedad”.
El Emú ofrece a las escuelas dos obras para tratar problemáticas concretas: El club de las mujeres muertas, que retrata algunos de los contextos de violencia por los que atraviesan las mujeres y muestra los estereotipos de parejas (hombres y mujeres) que viven y conviven con la violencia de género creyéndola un estado natural del ser humano, y Crecer en tiempos violentos, que muestra problemáticas adolescentes, como el acoso escolar (el tema principal es el bullying), el embarazo adolescente o el sida. En ambos casos, entrega un DVD con material informativo, canciones, videos y textos para que los chicos sigan trabajando luego en las aulas.
                               
          Escena de Crecer en tiempos violentos.


"Las dos obras tienen momentos dramáticos y humorísticos, para alivianar tensiones", explica Coniglione, y luego ambos integrantes de El Emú aseguran que intentan establecer contacto con el público para que de esa manera no vean la obra desde una posición distante e inalcanzable, para que después, a la hora de las actividades, los chicos se sientan más comprometidos.
Luego de cada puesta en escena, Marsala y Coniglione forman grupos pequeños de alumnos a quienes les dan actividades, para después llegar sí a la puesta en común y al debate. En cada una de estas instancias, explican los actores, los chicos participan al comienzo como tomando distancia, como si los temas tratados fueran ajenos a ellos, pero luego se sueltan y se generan debates en los que queda explícita "la necesidad de hablar, de participar, de hacer catarsis".
Algunos de los alumnos cuentan experiencias personales, y hasta han tenido momentos de mucha tensión, especialmente con la obra El club de las mujeres muertas, donde han tenido que intervenir los preceptores, los directivos o algún integrante de los gabinetes psicopedagógicos para contener a quienes se han visto más identificados con lo que vieron en escena.
Por su experiencia, los integrantes de El Emú saben que si el grupo para el que están representando alguna de las obras es chico, el debate es más posible y enriquecedor, de la misma manera en que influye en esto el tiempo del que dispongan. "En algunas escuelas podemos estar media hora o cuarenta minutos con los chicos, entonces no se profundiza tanto, pero en otras hemos estado harta una hora cuarenta, y surgen muy buenas cosas", sintetizó Marsala.
"No es que vamos a erradicar la violencia en las escuelas con el teatro, pero es una opción más para sumar, para trabajar estas temáticas desde otro lugar", concluye Coniglione.
Para comunicarse con El Emú, las escuelas pueden escribir a elemuteatro@gmail.com o llamar a los teléfonos 156079819 o 155908558.